PALABRARIO


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autopsia

AUTOPSIA

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De entre el común de las palabras, es la etimología de este término griego una de las más notables. Si no me creen, veánlo con sus propios ojos.

autopsia

(Del gr. acción de ver por los propios ojos)
1. f. Med. Examen anatómico de un cadáver.
2. f. Examen analítico minucioso.

carajo
católico
conciabulo
cura

CARAJO

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No sé cuándo leí por primera vez algo referente al posible origen náutico de esta palabreja, pero antes de eso me resultaba de lo más académica la opinión de un conocido mío con rocambolescos afanes terminológicos. El tipo me había comentado que el término se utilizaba en la edad media para denominar una moneda de bajo valor. No sé de dónde sacó semejante teoría, yo he sido incapaz de encontrar nada al respecto.

Encontramos nuestro palabro en las tres lenguas románicas de la Península Ibérica (catalán: carall, gallego-portugués: carallo), aunque no existe en ninguna otra lengua romance. Su origen parece relacionado con la raíz del latín vulgar hispánico caraclu, sin embargo, este vocablo no se halla documentado y se ignora su propio origen. Tal vez procediera del mismo latín o se remonte a alguna lengua prerromana.

En su Diccionari etimològic de la llengua catalana, Joan Coromines nos presenta algunas de las teorías que explicarían su origen antes de ofrecernos la posible relación con el étimo prerromano kar (roca) que ha dejado numerosos restos toponímicos en Cataluña. Basándonos en la existencia en territorio catalán de rocas de forma fálica denominadas popularmente carall, el término que designaba en la antigüedad un cierto tipo de roca habría pasado a designar, por metáfora, el órgano humano. Igualmente añadir que la interjección caray! que sustituye de forma eufemística a carajo! tendría su origen en el catalán carall o carai.

Sin embargo, sigue atrayéndome más la idea de un origen náutico. Parece que se designaba carajo (o tal vez un término similar) al mástil principal de un barco de vela, donde va situado el puesto del vigía. Según esto, se castigaba a los marineros facinerosos sirviendo de vigía en lo alto del palo mayor. El motivo era claro: al ser el punto más elevado del barco era donde más se sentía el vaivén de las olas y los mareos, vómitos y males del mar causaban estrago. De ahí que enviar a alguien al carajo suponía para el agraviado una penosa sanción.

carajo

(De or. inc.) 1. m. malson. Miembro viril.
2. m. despect. malson. Col., C. Rica, Hond. y Ven. U. para suplir el nombre de un hombre que no se quiere mencionar para desvalorizarlo.
al ~.
1. expr. coloq. Denota enfado o rechazo. Al carajo el informe. carajo.
1. interj. U. para expresar disgusto, rechazo, sorpresa, asombro, etc.
del ~.
1. loc. adj. coloq. Muy grande o intenso. Un susto, un frío del carajo. importar algo un ~ a alguien.
1. fr. coloq. No importarle nada.
irse algo al ~.
1. fr. coloq. Echarse a perder, tener mal fin.
mandar a alguien al ~.
1. fr. coloq. Rechazarlo con insolencia y desdén.
qué ~.
1. expr. coloq. Denota negación, decisión, contrariedad, etc.
un ~.
1. loc. adv. coloq. nada (ninguna cosa). No entiendes un carajo.
2. expr. coloq. U. para negar o rechazar.
3. expr. coloq. U. para ponderar. Cuesta un carajo.

CATÓLICO

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Parece que la Iglesia toma como referencia el pasaje de Mateo (28:18-20) , según el cual Jesús establece el carácter universal de su mensaje: Entonces Jesús se acercó a ellos, y les dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todo lo que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

El adjetivo “católica” referente a la Iglesia, aparece en la literatura Cristiana con San Ignacio de Antioquía, discípulo del apóstol Juán y Pablo (Saulo de Tarso), quien da en el año 110 el testimonio más antiguo de este nombre: “Donde esté el obispo, esté la muchedumbre, así como donde esté Jesucristo esté la Iglesia Católica” (Carta a los Esmirniotas 8:2).

Los estudiosos discuten si “católico” en este contexto significa “universal” o “verdadera/auténtica.” La mayoría de los estudiosos favorecen el primer significado, razonando que así como el Obispo preside la Iglesia local, así mismo Cristo preside la Iglesia universal.

Y, ya que hablamos de Santos…

- San Policarpo, martirizado unos 50 años después de San Ignacio, utiliza la palabra en ambos sentidos: tres veces significando iglesia universal y una vez con el sentido de auténtica. Describe a San Policarpo como “Obispo de la Iglesia Católica de Esmirna.”

- San Pacián de Barcelona dijo: “Cristiano es mi nombre, y católico mi apellido. El primero me denomina, mientras que el otro me instituye específicamente. De esta manera he sido identificado y registrado… Cuando somos llamados católicos, es por esta forma, que nuestro pueblo se mantiene alejado de cualquier nombre herético” (Carta a Sympronian).

- San Cirilo de Jerusalén, nos dice: “La Iglesia es católica porque está esparcida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes” (Catechesis 18:23).

- San Agustín utiliza en sus escritos el nombre de “católica” 240 veces entre los años 388 y 420 dc.

- Santo Tomás de Aquino desarrolla los diversos elementos de la teología de la catolicidad. La Iglesia es universal en tres sentidos:

1. Se encuentra en todos los lugares (Cf. Rom 1,8), teniendo tres partes: en la tierra, en el cielo y en el purgatorio.

2. Incluye personas de todos los estados de vida. (Cf. Gal 3,28)

3. No tiene límite de tiempo desde Abel hasta la consumación de los siglos.

Durante las persecuciones, desde los primeros siglos, cuando preguntaban a los cristianos a qué iglesia pertenecían decían “a la católica”. La Iglesia desde sus comienzos se ha llamado “cristiana” y “católica” indistintamente. Los dos significados que prevalecen en el período de los Padres de la Iglesia son los de universalidad y ortodoxia. Los dos significados de la palabra católico coexistieron por mil años, pero con el cisma del Este-Occidente la Iglesia Latina se continuó llamando “Católica” mientras que la iglesia del Este adoptó el nombre de “Ortodoxa”. En el período medieval parece que emergen las bases para una más profunda teología sobre la catolicidad, ayudado este hecho por la expresión dominante de Iglesia como la “reunión de los fieles” (congregatio fidelium), la cual está abierta a la noción de universal.

La Iglesia católica reconoce que también son “cristianos” los bautizados de otras iglesias no católicas que profesan su fe en Jesucristo, Dios y hombre. Pero, aunque otras iglesias contengan elementos de la verdad, solo la Iglesia Católica conserva y enseña sin corrupción toda la doctrina Apostólica y posee la plenitud de los medios de salvación.

católico

(Del lat. catholicus, y este del gr. universal)
1. universal (que comprende o es común a todos). Afirmando esta pretensión se calificó así a la Iglesia romana.
2. adj. Verdadero, cierto, infalible, de fe divina.
3. adj. Que profesa la religión católica. Apl. a pers., u. t. c. s.
4. adj. Renombre que se ha dado a los reyes de España desde Fernando V e Isabel I.
5. adj.coloq. Sano y perfecto. Hoy no está muy católico.

CONCIÁBULO

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Lo que desde luego no me esperaba era entrar en la RAE y toparme con esto:

La palabra conciábulo no está en el Diccionario.

Eso, y que San Google me ofrezca escasamente 486 resultados.

Así pues, parece que no existe oficialmente un término que tanto yo como ustedes no sólo conocemos y podríamos definir fácilmente como sinónimo de “reunión”, sino que además venimos usando pedantemente desde la infancia… curiosa paradoja donde las halla, pardiez!

NOTA: Para los que aún no lo hayáis pillado, la forma correcta es

CONCILIÁBULO

(Del lat. conciliabulum)
1. m. Concilio no convocado por autoridad legítima.
2. m. Junta o reunión para tratar de algo que se quiere mantener oculto.

CURA

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Jamás imaginé que ocurriría, pero ha ocurrido. El Momento, ese Momento Fatal al que todos tememos, ese que nos obliga a malgastar horas y más horas en evitarlo, el Momento Definitivo, ha llegado. SuperCatón me perdone.

He aquí que en este Momento reniego de todos mis ancestros y de la gran enciclopedia que me parió. Pero no queda otra. He de agachar el cuello estirado, la naríz respingona y claudicar. ¡Me doblego ante tu sublime ironía, oh, Destino! Lo Fatal no puede ser evitado. No hay vuelta atrás. Peluche ha de ser citado en este palabrario. Aquí. Ahora. El gran Peluche ha resultado ineludible favorito en todas mis búsquedas hacia la “cura”. ¡Oh, Google infame! Así pues, me resigno. Acepto a regañadientes que más allá de la RAE están los dominios impretérritos del Todopoderoso Peluche.

He aquí que en este Momento me repatea in extremis ofrecerles la definición que da el Gran Oráculo de las Historias Extra-Ordinarias para nuestro palabro de la semana. Pero ahí va. He aquí lo Inevitable, lo Grandioso: PELUCHE!!

cura

(Del lat. cura, cuidado, solicitud)
En español la palabra «curas» para llamar a los sacerdotes surge alrededor del año 1330.
Viene del término latino «cura», que significaba «cuidado y solicitud».
Como los sacerdotes eran los que se entregaban «al cuidado de los otros», se les comenzó a llamar «curas».

memo

MEMO

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No voy a negar que es este uno de mis palabros favoritos. Y menos aún que nos encontramos ante uno de los fonemas en lengua española que más me complace pronunciar. Ese jugueteo entre los labios, ese plegarse dulcemente el uno sobre el otro para despegarse luego y dejar escapar esa mmmmmm que se genera en la garganta y asciende alegremente hasta la cavidad bucal, llenándola de temblores, antes de explosionar más allá de los dientes.

Pronuncien conmigo: mmmmmmmeee - mmmmmmmooo.
¿No es delicioso? ¡Qué descarga de vibraciones entre los labios!

Ahora bien, palabra denostada donde las haya, este amable insulto debe precisamente su existencia a la sonoridad que le es tan característica. Nos recuerda la RAE que esta palabra tiene su origen precisamente en el intento de los “complejos” de imitar el tartamudeo que suele caracterizar a los menos afortunados, con el fin de hacer mofa de ellos. Una vez más, una muestra del buen talante y objetividad que caracteriza nuestra lengua.

Que ustedes lo disfruten.
Yo, por mi parte, no dejaré de hacerlo.

memo, ma

(Voz que imita el tartamudeo)
1. adj. Tonto, simple, mentecato. U. t. c. s.

nenúfar

NENÚFAR

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Cuentan que, cierto día, paseaba el querido Bécquer por los jardines de la Alhambra, charlando con un lugareño, cuando se paró maravillado ante uno de sus primorosos estanques y preguntó: “Dime, amigo, ¿qué magnífica flor es esa que flota sobre las aguas?”, a lo que su acompañante, sorprendido, respondió: “Es un nenúfar, maestro, la flor de la que tanto habláis en vuestros poemas”.

¿No es acaso extraordinario que Bécquer, sin haber visto jamás un nenúfar, pudiese describirlo más exquisitamente que los propios árabes, inventores del término? Esa es la magia de las palabras: que brotan de las aguas de nuestra alma, aunque no las plantemos.

¿Sería eso a lo que se refería Platón con su concepto de las ideas: a la intuición del hombre ante las cosas, antes de que surgiese Dios, antes de que fuesen nombradas?

nenúfar

(Del ár. naylufar, este del pelvi nilopal, y este del sánscr. nilautpala, loto azul).
1. m. Planta acuática de la familia de las Ninfeáceas, con rizoma largo, nudoso y feculento, hojas enteras, casi redondas, de pecíolo central y tan largo que, saliendo del rizoma, llega a la superficie del agua, donde flota la hoja; flores blancas, terminales y solitarias, y fruto globoso, capsular, con muchas semillas pequeñas, elipsoidales y negruzcas.

oscultar

OSCULTAR

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Muchos de ustedes llevan lustros utilizando este hermoso término para nombrar la acción que realiza Mr. Doc cuando les desabotona impúdicamente la camisa y aplica a su cálida piel un frío metal amplificador de resonancias internas. ¡Ay!, mis inocentes ignorantes, han caído ustedes -¡¡también ustedes!!- en una auditiva trampa mortal. Por más que se desgasten los dedos tecleando en la aplicación web del DRAE tan bella palabra, por más bes, pes, aes y aches que le coloquen imaginativamente a modo de prefijo, sufijo o medijo, no darán con la clave. He aquí que la cerrada “o” ha usurpado el fonema a las verdaderas protagonistas. Pronuncien despacio y se darán cuenta de la trampa…

auscultar

(Del lat. auscultare)
1. tr. Med. Aplicar el oído a la pared torácica o abdominal, con instrumentos adecuados o sin ellos, a fin de explorar los sonidos o ruidos normales o patológicos producidos en los órganos que las cavidades del pecho o vientre contienen.
2. tr. Sondear el pensamiento de otras personas, el estado de un negocio, la disposición ajena ante un asunto, etc.

palimpsesto

PALIMPSESTO

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He aquí que venimos a rescatar, en su mismísimo lecho de muerte (o enmienda), a una magnífica palabra (atrévanse a pronunciarla los más valientes) a punto de perder nada menos que la mitad de sus acepciones (osea, una). ¿Quién no ha añorado alguna vez la renovación de nuestros diccionarios? Para todos ellos, el agradecimiento de palimpsesto, víctima irredenta del afán modernizador y del progreso… por no decir: de la incultura y el desuso lingüístico.

Sin más preámbulos, les dejo con el deshonroso espectáculo de esta decapitación.

Por cierto, ¿alguno de ustedes sospecha qué nuevo término propone la RAE para denominar, a partir de su vigésima tercera edición, a lo que hasta la fecha venimos llamando palimpsesto? Avisen a sus museos favoritos, se avecina la tan temida reforma de los cartelitos informativos… ¡prepárense!

palimpsesto

(Del lat. palimpsestus, y este del griego).
1. m. Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente.
2. m. Tablilla antigua en que se podía borrar lo escrito para volver a escribir.

Artículo enmendado.
Avance de la vigésima tercera edición

palimpsesto

(Del lat. palimpsestus, y este del griego).
1. m. Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente.

trampantojo

TRAMPANTOJO

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La primera vez que me soltaron el palabro, pensé que el tipo era un memo (¡Ah de la humildad! Nadie responde). Estábamos contemplando embelesados la fachada de un viejo edificio bien recargada de volutas, columnatas y ventanales… fascinantemente inexistentes. Todo era un artificio, señores, un juego de ingeniosas y coloristas perspectivas.

-¿Cómo dice usted: “trampa-antojo”?
-No, querido amigo: “trampa ante el ojo”.

Y ahí quedó la cosa, un ejemplo más de samprasarana decimonónica, por más que la idea de conjugar trampas con antojos fuese más del agrado de este su, cada día más, humilde servidor.

trampantojo

(De trampa ante ojo)
1. m. coloq. Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es.

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